LA PIEDRA DEL SAPO

Atardece en bahía concha, una de las mejores playas a tan sólo unos minutos de Santa Marta, y con su afán los Samarios encargados del lugar inician un arduo trabajo, desocupar por completo el mar antes de las 4 de la tarde, y aunque se advirtió la hora de salida al llegar a este lugar, el tiempo en ese mar azul y cristalino pasa tan rápido que se pierde la noción del tiempo.

De repente hay una frase que capta mi atención por completo, " salgan ya antes que el sapo empiece a hacer su trabajo y ahí si no respondo por que no hay nada que hacer", dijo uno de los guías con su tono costeño característico. Aunque al llegar nos habían explicado que aquella piedra con forma de sapo era una piedra de la fertilidad,  pie s aquellas parejas que iban hacia allí en 9 meses sin falla alguna veían los resultados , me llamo la atención la angustia de los guías por sacarnos del lugar antes de las 4pm,  así que me acerqué a uno de ellos y me dice que lo que sucede es que el sapo aparte de ser una piedra fértil es una piedra que busca hijos que la acompañen y a las 4pm empieza a buscarlos atrayendo la gente hacia ese lugar haciendo que se acerquen y luego no puedan regresar, pues se pierden en la inmensidad del mar y no vuelven a ser encontrados, tan solo uno pudo sobre vivir a aquel mito, hace varios años , haciendo un pacto con aquella alma que se apoderó de la piedra para hacer de las suyas, y solo logró de allí ofreciéndole a cambio el alma de sus hijos al nacer.

De aquel personaje lo único que se supo después del suceso fue que se había radicado en Ecuador y aunque quiso escapar de su promesa, el sapo cobro recompensa y sus 2 hijos murieron antes de lo esperado o sin razón alguna y en los sueños de aquel hombre el sapo le aclaró que ya habían quedado a paz y salvo con aquella deuda, él al pasar por está situación decide regresar a Colombia y contar su historia pero sobre todo encargarse que aquel sapo no se salga con las suyas con más personas que visiten el lugar.

Es aquel samario que me cuenta la historia el primo de aquel hombre que paso por esta situación,  pero luego de esto y mientras esperaba para regresar decidí acercarme a la playa no a ingresar al mar, si no a tomar foto de nuevo a aquella piedra, me sorprendí cuando no la pude tomar pues el atardecer se posicionó justo encima de ella opacando con su luz por completo la forma de la piedra.

Por: Paula Rodríguez Méndez